viernes, 13 de noviembre de 2015

Bus urbano y Brompton

El transporte público suele funcionar bien, o casi. Después de un par de años combinando cercanías y Brompton, ahora toca , por circunstancias de la vida y de los amores (euros, quiero decir) combinar bus y Brompton para llegar al trabajo. 
El primer día, la tapo con la funda Radical y ya veo el coñazo que es; gana el coche si siempre va a ser así.
El segundo veo que se me queda mirando el chofer cuando se aproxima a la parada...uy uy que creo que no sube la bici...pero no! Lo que no cabe es la CBag. Es tan estrecho el pasillo que la mochila no pasa, la llevo colgada en bandolera hacia atrás. Algún pasajero se lleva un roce, el mismo si llevara una mochila grande; mientras llevo la bici delante de mi hasta la plataforma con dificultad ¡Ojo que esto se menea!
La prueba de fuego fué cuando el bus iba a full, en esta ocasión, el chofer me mandó por la puerta de atrás, ¡qué amable!
En fin, aunque ahora uso menos la bici, al menos la B podrá seguir haciendo su cometido.

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